Historia contemporánea

Indice

   Empezamos esta sección con artículos variados de nuestra historia contemporánea alrededor de Langreo.


Alcaldes de Langreo

ETAPA DE LA RESTAURACION

Nºorden

Nombre Fecha

1

Celestino Cabeza Roces

7/01/1874

2

Segundo Llanes Queipo de Llano

30/01/1874

3

José María Lastra Diaz

1/ 3/1877

4

José Loredo

29/ 1/1879

5

Rafael Alonso García

1/ 7/1879

6

Celestino Cabeza Roces

1/ 07/1881

7

Joaquín García Pumarino

1/ 7/1883

8

Ricardo Rodríguez Riera

6/09/1884

9

Antonio María Dorado

1/01/1890

10

Celestino Cabeza Roces

1/01/1902

11

Antonio María Dorado

18/07/1903

12

Celestino Cabeza Roces

20/11/1909

13

Gabino Alonso Fernández

1/01/1910

14

Celestino Cabeza Roces

11/06/1910

15

Gabino Alonso Fernández

18/02/1911

16

Victor S. Zarracina

1/ 1/1914

17

Florentino Cueto Felgueroso

1/ 1/1916

18

José de la Roza Arbesú

22/ 9/1917

19

Florentino Cueto Felgueroso

15/12/1917

20

Leopoldo Fernández Nespral

1/1/1918

21

Antonio Fernández Cienfuegos

10/4/1920

22

Francisco García Fernández

4/2/1921

23

Florentino Cueto Felgueroso

27/1/1923

DICTADURA PRIMO DE RIVERA

24

Gil Rodríguez Sánchez

2/10/1923

25

Joaquín Rodríguez Alvarez

14/ 2/1927

26

Cándido Fernández Riesgo

21/ 4/1927

27

Joaquín Soldevilla Gómez

10/ 2/1928

TRANSICION “LA DICTABLANDA”

28

Tiburcio Ezama Loredo

26/2/1930

29

Francisco García Fernández

10/4/1930

30

Servando Sánchez Cabricano

27/1/1931

SEGUNDA REPUBLICA

31

Celso Fernández García

18/ 4/1931

32

Servando Sánchez Cabricano
(Comisión Gestora)

25/10/1934

33

Celso Fernández García

27/ 2/1936

GUERRA CIVIL

34

Felix Victoria
(Comisión Gestora republicana)

17/10/1936

35

Fernando Díaz Caneja
(Comisión Gestora franquista)

5/11/1937

36

Alfredo Echevarria
(Comisión Gestora franquista)

9/ 4/1938

DICTADURA FRANQUISTA

37

José Álvarez Valdés

13/10/1939

38

Arturo Ezama Debrás

11/10/1943

39

Felipe Uría González

2 / 1/1948

40

Joaquín Miranda Fernández

13/ 3/1954

41

Alfonso Argüelles Eguibar

16/10/1957

42

Antonio García Lago

21/3/1968

43

Antonio Lebredo Lanza

16/ 9/1977

MONARQUÍA CONSTITUCIONAL

44

Maximino González Felgueroso (PSOE)

19/4/1979

45

Aladino Fernández García (PSOE)

23/5/1983

46

Francisco González Zapico (PSOE)

30/ 6/1987

47

Francisco González Zapico (PSOE)

15/ 6/1991

48

José María García Gutiérrez (IU)

17/ 6/1995

49

José Maria García Gutiérrez (IU)

3/ 7/1999

50

Maria Esther Díaz García (PSOE)

14/ 6/2003

51

Maria Esther Díaz García (PSOE)

27/ 5/2007

52

María Esther Díaz García (PSOE)

11/6/2011

53

María Fernández Álvarez (PSOE)

29/5/2012

54

Jesús Manuel Sánchez Antuña (IU)

13/6/2015
55

María del Carmen Arbesú Río (PSOE)

15/06/2019
56

Roberto Marcos García Rodriguez (IU-MÁS PAÍS-IAS)

20/05/2023

***

La invasión de la realidad*

Los recientes conflictos callejeros en Barcelona (y en otras ciudades españolas) pusieron de nuevo sobre el tapete los aspectos más escabrosos de la llamada “industria del sexo”. También sirvió para avivar la polémica entre los grupos abolicionistas, que consideran la explotación sexual como una violencia de sexo, y los defensores de regular la prostitución para debilitar la influencia de mafias y proxenetas. Asimismo, se volvió a debatir sobre sus aspectos sociopolíticos, morales, sanitarios, de orden público. Y sobre todo económicos: hace dos años, los españoles se gastaban todos los días en prostitución más de cincuenta millones de euros. Un lucrativo negocio. (Ya en 2005, las acciones del primer prostíbulo que salía a Bolsa, en Australia, doblaban su precio en el primer día de su cotización).

Los sucesos de estos días me trajeron a la memoria una serie de llamativos episodios relacionados con la prostitución que tuvieron lugar en Langreo durante la dictadura de Primo de Rivera. Tras una dura campaña para erradicar “el libertinaje y el vicio”, fueron clausurados los “bares de camareras” del municipio. La medida desencadenó en la prensa una intensa batalla dialéctica e ideológica.
Los vecinos se quejaban de las molestias causadas por los escándalos que se producían en plena calle. Los partidos políticos participaron abiertamente en la polémica. Los conservadores se opusieron radicalmente a que siguieran abiertos aquellos “antros de mal ejemplo” para los más jóvenes. Los socialistas, arguyendo “el estado de incultura de los obreros y de la clase media”, aprobaron el cierre de las “casas de mal vivir” hasta que estuvieran cumplidamente reglamentadas. Y los republicanos defendieron aquellos “sitios de solaz y recreo” porque representaban el índice cultural de un pueblo.
Esta postura irritó especialmente al diario ovetense Región, portavoz de los conservadores asturianos. Tras acusar de disolventes y libertinos a los republicanos, el periódico arremetió sin piedad contra los locales en los que trabajaban “las chicas de mala nota”. Éstas no se arredraron. Respondieron de inmediato manifestándose festiva y ruidosamente por las calles del concejo para defender “sus legítimos derechos”.

Y es ahora cuando intervienen los sindicatos en apoyo de los derechos laborales de las “dignas trabajadoras del placer. Aquel episodio se cerró, de momento, permitiendo a las jaraneras y reivindicativas jóvenes seguir ejerciendo su oficio a condición de que evitaran públicamente “escándalos y malos ejemplos”.
En definitiva, hay muchas formas de prostituirse. Y en la jerarquía de las prostituciones no es precisamente la sexual la más dañina para el procomún. Es cierto que puede resultar obscena (lo que, por muy íntimo, debe quedar fuera de escena) cuando se desborda e invade espacios que no le son propios. En cualquier caso, la prostitución es sin duda una insoslayable realidad social que requiere prudentes medidas políticas y no sólo soluciones provisionales y precipitadas para atenuar sus efectos más escandalosos en la calle.

Francisco Palacios.
*Artículo publicado en el diario La Nueva España el 14.9.2009.

Los orígenes de un noticiario*

Se proyectó durante treinta y tres años, entre 1943 y 1976, de forma obligatoria e ininterrumpidamente en todos los cines de España antes de las películas. Aunque sobrevivió hasta 1981 con carácter voluntario, el régimen democrático y la fuerza de la televisión supusieron el golpe definitivo para este noticiario propagandístico, que ya forma parte del acervo cultural y sentimental de varias generaciones de españoles.
Se trata del NoDo, acrónimo de Noticiario Documental, que, en tiempos de una España aislada y con apenas aliados, se presentaba con este lema: “El mundo entero al alcance de todos los españoles”, para mantener , “con impulso propio y directriz adecuada”, la información cinematográfica de todos los sectores de la vida nacional y del extranjero.
En un libro reciente, “Los años del NoDo”, repleto de documentos, sucesos, acontecimientos sociales y curiosidades, sus autores, Rafael Abella y Gabriel Cardona, justifican el origen de este noticiario por el rumbo que fue tomando la Segunda Guerra Mundial a raíz de la contraofensiva rusa que culminó con la rendición del VI Ejército alemán en Stalingrado.
Desde el momento en que la guerra empezaba a inclinarse a favor de los aliados, la situación política se complicaba para la dictadura, por lo que ya no era aconsejable que en los cines se siguiera proyectando únicamente propaganda bélica del Eje. Además, los aliados presionaban recortando las ventas de gasolina y alimentos hasta cantidades mínimas, otra buena razón para que el gobierno español se viera obligado a marcar distancias con los países fascistas, cambiando su declaración de no beligerancia por la de estricta neutralidad e iniciando la retirada de la División Azul del frente ruso. Aunque se siguió con un doble juego hasta que la situación se decantó definitivamente.
Aprovechando también la coyuntura bélica, Don Juan (padre del rey Juan Carlos) escribe a Franco solicitándole la restauración de la monarquía. Y ante la posibilidad de que los aliados tratasen de imponer un régimen monárquico, Franco margina a los generales dinásticos y realiza por esas fechas una gira por las diferentes regiones y ciudades de España para explicar las bondades de su sistema político.
Hubo otros movimientos estratégicos en los últimos meses de la guerra mundial. De lo que se trataba era de conservar el poder. Así, tras el desembarco de los aliados en Normandía, en junio de 1944, son expulsados de España los espías nazis y se deja de suministrar wolframio a Alemania. Y Franco sustituye en su despacho las fotografías de Hitler y Mussolini por las del Papa y el presidente portugués Carmona. Pocas semanas antes, un ministro había trasladado en secreto fondos a Suiza en previsión de que Franco tuviera que exiliarse.
Naturalmente, nada de eso aparece en aquellos censurados noticiarios oficiales, que, sin embargo, constituyen un inapreciable documento histórico, tanto por lo que cuentan como por lo que ocultan.

Francisco Palacios.
Artículo publicado en La Nueva España el 6 de julio de 2009.

Bolsillos de cristal*

En marzo de 2005, el Consejo de Ministros de España aprobó un código de buen Gobierno aplicable fundamentalmente a los miembros del Gobierno y los altos cargos de la Administración, a los que se exigía que ajustaran sus actuaciones a determinados principios éticos y de conducta. Tales principios, muy genéricos, constituyen por sí mismos todo un tratado. Así quedan detallados: objetividad, integridad, neutralidad, responsabilidad, credibilidad, imparcialidad, confidencialidad, dedicación al servicio público, transparencia, ejemplaridad, austeridad, accesibilidad, eficacia, honradez..
Más recientemente, Patxi López ha pedido a sus consejeros y colaboradores que gestionen los recursos públicos con austeridad y honradez extremas, reclamando a todos “bolsillos de cristal”. Una metáfora ya utilizada por el famoso politólogo italiano, Giovanni Sartori, que sostiene que la casa del poder debería ser siempre una casa de cristal en la gestión de los asuntos públicos. (Sartori es uno de los más pertinaces fustigadores de Berlusconi, sobre el que publicó esta primavera “El sultanato”, un libro realmente premonitorio). Pero el cristal, utilizado como imagen de la transparencia, es también un material frágil. Así, en la última encuesta presentada por la ONG Transparency Internacional se aprecia un aumento de la corrupción en España, que se relaciona directamente con los abusos urbanísticos, causa principal de la actual crisis económica.
Sobre el problema urbanístico, el presidente del Gobierno de España ha declarado que “el crecimiento rápido en épocas de bonanza era muy difícil pararlo, toda la sociedad participa” Y añadía luego que “cuando en tantos ayuntamientos de España el suelo multiplicaba su valor por 20 y se convertía casi en petróleo…, vete tú a decirle a un pueblo que no construya más”.
Estas afirmaciones del presidente vienen a probar que, en cuestión de principios, no es lo mismo predicar que dar trigo. De cualquier modo, más allá de utópicos idealismos, lo cierto es que la corrupción ayuda frecuentemente a lubricar el sistema. Permite que funcione. Por ejemplo: se calcula que la economía sumergida supone en España el 25 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
En un libro reciente, “El negocio del poder”, sus autores, los periodistas Federico Quevedo y Daniel Forcada, denuncian con detalle los privilegios, abusos y desmanes de cierta clase política española. Quevedo y Forcada ponen también de manifiesto que la corrupción viene siendo utilizada como un arma arrojadiza, principalmente entre los dos grandes partidos, primando los réditos electorales inmediatos en detrimento de una decidida voluntad política de enfrentarse a los casos de corrupción más flagrantes.
En definitiva, a pesar de proclamados códigos y principios, la separación entre lo público y lo privado aún sigue siendo muy lábil en España. Y como sostiene Norberto Bobbio, la distinción entre el buen y la mal gobierno reposa precisamente sobre la contraposición entre interés común e interés particular, entre utilidad pública y utilidad privada.

Francisco Palacios.
Artículo publicado en La Nueva España el 29 de junio de 2009.

El mercado del lujo*

Días atrás se celebró, por primera vez, en la población valenciana de El Puig una importante Feria del Lujo. En este tipo de ferias, que están en alza, se reúne lo mejor de lo mejor: los productos más caros, más exclusivos y de más calidad del mercado nacional e internacional. Así, en la feria valenciana se ha podido contemplar una corona de diamantes que perteneció a Evita Perón, valorada en más de tres millones de euros. Y un coche de 840 caballos, el Spano, tasado en unos 780.000 euros.
Asimismo, en otra de estas ferias, la de Verona, se ha presentado una sofisticadísima marca de vaqueros lavados con champán, salpicados con diamantes y festoneados con oro. Su precio: 150.000 euros. Un auténtico lujo asiático.
Desde una visión fundamentalmente igualitarista se ha denunciado que este tipo de ferias constituía una obscena exhibición en tiempos de tantas y tan graves dificultades y carencias para millones de personas. Por el contrario, los promotores de estas muestras lujosas justifican su existencia arguyendo que el gasto suntuario de los más ricos favorece al mismo tiempo la creación de cientos de miles de puestos de trabajo.
Nada nuevo bajo el sol. Hace más de tres siglos, como otros ilustrados de la época, Montesquieu sostenía que el lujo era imprescindible para estimular la producción y los mercados, llegando a afirmar que “si los ricos no gastaban mucho, los pobres se morían de hambre”.
Se suele definir el lujo como todo dispendio que va más allá de lo necesario. Sin embargo, no resulta fácil distinguir lo que debe entenderse por necesario. En los tiempos modernos, para los grupos sociales más favorecidos, lo necesario ya no es suficiente. Vivir bien es ir más allá de lo necesario, consiste en distinguirse con el consumo de productos y servicios refinados y de alto valor.
En el magnífico ensayo “Lujo y capitalismo”, el sociólogo alemán Werner Sombart mantiene que la influencia del consumo superfluo ha sido fundamental en la génesis del capitalismo moderno. Con el negocio del lujo se intensifica la especialización laboral, nacen nuevas empresas y se desarrollan considerablemente los mercados. Las primeras manifestaciones de esa expansión del refinamiento ostentoso se producen en el Antiguo Régimen, y se corresponden con las costumbres amorosas de las cortes europeas. Es decir: fue una necesidad impuesta por amantes y cortesanas (lujo, que proviene del término latino “luxus”, significa precisamente desenfreno, libertinaje).
Pues bien, esas relaciones amatorias van a estimular extraordinariamente una variada, costosa y refinada producción de bienes y servicios en forma de salones, vestidos, muebles, ornamentos, perfumes obras de arte, bebidas, alimentos y condimentos, cafés, restaurantes , óperas, teatros…
En nuestros días, el lujo ostentoso, la opulencia, ha traspasado regímenes e ideologías. Forma parte del mercado. De un mercado abierto y desigual, en el que conviven lujo y pobreza con afrentosas diferencias.

Francisco Palacios.
Artículo publicado en La Nueva España el 22 de junio de 2009.

Gente inocente*

La crisis económica devora empleos, salarios, empresas, propiedades, expectativas. Se calcula que la turbulencia económica de los últimos tiempos se ha engullido la cuarta parte de la riqueza mundial. Las reacciones ante esta crisis global son diversas. Cada vez son más los trabajadores que luchan para que no cierren sus empresas. Para defender sus puestos de trabajo, como los trabajadores de Vesuvius en Langreo. A los que deseamos la mejor suerte en su lucha.
Otras iniciativas cívicas, más lejanas, actuando desde las propias estructuras del poder, tratan de evitar, por ejemplo, desahucios masivos, sobre todo en las grandes ciudades, por culpa de las hipotecas de alto riesgo: las famosas subprime. Con tales acciones se quiere poner coto a la injusticia de poner en la calle a miles de familias, castigadas por una coyuntura económica de la que en modo alguno son responsables.
Es el caso de Thomas Dart, sheriff del condado de Cook, en Illinois (Estados Unidos), con 5 millones de habitantes, que se negó a ejecutar más desahucios de personas que consideraba víctimas de una situación insoportable: “Su conciencia no le permitía seguir participando en algo tan injusto, pues se trataba de gente cuyo alquiler se comía casi todo su salario y a la que no le quedaba ni un centavo para la comida y otros gastos, mientras los propietarios de los inmuebles hacía meses que no cumplían con sus obligaciones bancarias y no pagaban la hipoteca. Gente que de un día para otro acababa en la calle cuando habían pagado todas y cada una de sus facturas. Gente que, por la crisis, era incapaz de hacer frente a las deudas y a la que no se le concedía ni un mínimo plazo para adaptarse a la nueva situación”. En definitiva, gente inocente.

Cuenta Yolanda Monje que los banqueros acusaron a Thomas Dart de no hacer su trabajo y le amenazaron con llevarle ante el juez, a pesar de lo cual el sheriff siguió negándose a llevar a cabo cientos de desahucios.
A pesar de todo, su resistencia legal trascendió políticamente y fue llamado a testificar en una comisión del Congreso de Estados Unidos en torno a la crisis económica y cómo afectaba a las familias. Y por su actitud cívica, la revista norteamericana Time lo incluyó en la lista de las cien personas más influyentes del mundo en 2008, junto a Barack Obama, Ángela Merkel, Nicolás Sarcozy y los españoles Penélope Cruz y Rafael Nadal, convirtiéndose en un héroe para gran parte de los estadounidenses, que lo consideran como un moderno Robin Hood.
Se habló también de las pretensiones políticas de Thomas Dart. Él lo niega: “No veo la vida de esa manera. Lo importante para mí es poder hacer algo para que cambien las cosas. Soy feliz con lo que hago ahora”.

Francisco Palacios.
Artículo publicado en La Nueva España el 9 de junio de 2009.

Una semifinal histórica*

El fútbol es sin duda uno de los fenómenos más característicos e influyentes de la actual cultura de masas. Un deporte universal, que forma parte del acervo cultural de millones de personas. Que suscita identidades y rivalidades apasionadas, como el C.F. Barcelona en el presente, que está deslumbrando por su juego y por sus triunfos; y que puede alzarse con tres títulos en una misma temporada. Una marca que sólo han logrado hasta ahora otros cuatro clubs europeos. (Es probable que sea campeón de Liga al publicarse estas líneas)
Pero vamos a retroceder a junio de 1943, cuando un equipo del ya poderoso Barcelona se enfrentaba al Rácing Club Langreano en la semifinal del Campeonato de Aficionados, un torneo nacional y simultáneo a la Liga profesional. La expectación que despertó aquel encuentro fue extraordinaria. A Sama llegaron aficionados de toda Asturias. Se temía al equipo catalán, que se había impuesto por goleada a sus anteriores adversarios. Pero surgió la sorpresa: fútbol y azar son elementos inseparables; contra todo pronóstico, aquel modesto Rácing venció al Barcelona por seis goles a cero.
Sobre la actuación de los samenses escribió Juan Luis en La Nueva España: “Esos rapaces de la “terrible” cuenca minera han escrito el domingo una de las más bonitas páginas deportivas que nosotros hemos leído nunca”.
Los directivos racinguistas dispensaron una trato exquisito al club catalán, haciendo de maestro de ceremonias Enrique Escudero, comerciante de tejidos establecido en Sama bien relacionado con fabricantes catalanes del ramo. Y el delegado del Barcelona declaraba al citado Juan Luis: “Diga usted que no sabemos como corresponder a tanta gentileza: magnífico el público de Langreo, nobles los jugadores, cordialísimos los directivos. Ellos y ustedes tienen ya para siempre en Barcelona unos amigos de verdad”.
En el partido de vuelta disputado en las Corts, que no tuvo mayor historia, perdió el Rácing por la mínima. Lo más destacable fue el comportamiento del público. Escudero comentó que el equipo langreano había sido recibido “con una ovación enorme, prolongada, ni uno solo de los más de 25 mil espectadores que había en el campo dejó de tomar parte en la emocionante demostración de afecto hacia nuestro Club.”
Una semana después, el Racing se proclamaría campeón de España al vencer al Sevilla por tres goles a uno en el campo valenciano de Mestalla.
Tanto en Barcelona como en Valencia hubo una nutrida presencia de seguidores langreanos. Ya en 1941, los racinguistas habían fletado dos trenes especiales, en fechas distintas, para asistir en Santander a sendas finales de ascenso. Eran los difíciles años de la posguerra española. Y es que, como sostiene el etólogo Desmond Morris en su famoso ensayo sobre el deporte rey, mientras que la raza humana pueda preocuparse por algo más que la mera supervivencia, la Tribu del Fútbol perdurará”.

Francisco Palacios.
Artículo publicado en La Nueva España el 11 de abril de 2009.

Hace treinta años*

Fechas atrás se cumplieron treinta años de las primeras elecciones municipales democráticas. En aquella primavera de 1979 experimentaba esta comarca una suerte de eclosión social y cultural que se venía fraguando desde los últimos años del franquismo. Una eclosión que se ha comparado con la que tuvo lugar en los primeros meses de la Segunda República. A nuestro juicio hay diferencias fundamentales entre ambos períodos históricos. En el republicano, las clases más desfavorecidas esperaban del nuevo régimen un futuro más promisorio, tal vez porque la Constitución de 1931 definía a España como “una República democrática de trabajadores de toda clase”. Sin embargo, en los años setenta se luchaba para que no viniera abajo definitivamente un modelo socioeconómico secular. Se reclamaba repetidamente que el Estado tenía contraída una “deuda histórica” con los valles mineros, que habían contribuido a levantar España en tiempos difíciles. (A propósito, parece que tal reivindicación hizo fortuna: el Gobierno español acaba de saldar precisamente una pretendida deuda histórica con la Junta de Andalucía).
En cualquier caso, durante años hubo aquí movilizaciones para frenar un desmantelamiento galopante. Se reivindicó luego una reconversión que ya parecía imposible. Y no faltaron planes integrales para sacar del marasmo económico a las Cuencas. La entrada de España en la Comunidad Económica Europea supuso una fractura determinante para el amenazado sistema productivo de los valles mineros. Volviendo a las elecciones municipales de 1979, puede llamar hoy la atención el hecho de que se presentaran nada menos que cinco candidaturas con el marbete de comunistas, alguna de las cuales propugnaba paradójicamente la unidad de las izquierdas. Hubo otras anécdotas también paradójicas. En plena campaña electoral, Manuel Fraga, líder entonces de Alianza Popular, se manifestaba abiertamente en un hotel felguerino contra “el marxismo y sus secuaces”, mientras que el cantante Víctor Manuel, que presentaba ese día un disco en un pub de la misma localidad, anunciaba su intención de votar al Partido Comunista de España.
Por su parte, el socialista Maximino González Felgueroso, al ser proclamado primer alcalde democrático de Langreo desde abril de 1931, recordó especialmente en su discurso la ausencia de algunos compañeros que habían luchado por los mismos ideales, como Manuel Llaneza, Belarmino Tomás y Enrique Jardón Celaya, los dos últimos habían formado parte de la Corporación langreana durante varios años. Tuvo asimismo palabras de reconocimiento para José Álvarez Valdés, “por la gran labor realizada entre 1939 y 1943”, años de extrema dureza para el concejo.
Más allá de indudables diferencias políticas, no deja de llamar la atención, treinta años después, la positiva valoración por parte de González Felgueroso del que había sido primer alcalde franquista de Langreo tras la guerra civil: un mensaje que denota un amplio sentido de la historia y de la memoria. Y un gesto sin prejuicios sectarios.

Francisco Palacios.
*Artículo publicado en La Nueva España el 4 de abril de 2009

Retórica victimista *

A raíz de mi artículo sobre el centenario del fútbol en Langreo, un buen amigo me facilitó una curiosa información referida al Unión Popular, que en su primer año de vida se clasificó campeón indiscutible de la Tercera División asturiana. Con 108 goles, fue el máximo goleador nacional en aquella liga. Contaba además en sus filas con varios jugadores que habían pertenecido a equipos de Primera División, algunos de los cuales fueron internacionales.
El 29 de abril de 1962, el Unión Popular disputaba su primer encuentro de ascenso a Segunda División (aún no se había establecido la Segunda B) con el Europa de Barcelona, campeón de su grupo en Cataluña. Allí perdió por 2 a 1 el equipo langreano, que ganó por 1 a 0 al domingo siguiente en el Ganzábal.
Según la normativa vigente, se tenía que jugar un tercer partido de desempate en un campo neutral 48 horas después, y fue en el campo burgalés de Zatorre donde el Unión se volvió a imponer por 1 a 0. Tras eliminar seguidamente al Béjar, conseguiría su primer ascenso a Segunda División. Estos son los antecedentes.
Por otra parte, en 2006, 44 años después, se recuerdan en la página web del Europa de Barcelona algunos avatares de aquella eliminatoria. Aunque en principio se reconoce que la potencia futbolística de los asturianos “era realmente temible”, con jugadores experimentados y de gran clase, en esa página se arguye que sólo una serie de irregularidades habría impedido el triunfo del equipo catalán, especialmente en el partido de desempate, en cuyo resultado habrían influido móviles de índole política. 1962 es una de las fechas simbólicas del movimiento obrero asturiano. Los mineros de las Cuencas protagonizaron entonces una dura y larga huelga. Hubo encarcelamientos, despidos, deportaciones, que suscitaron un amplio movimiento de apoyo a los mineros y de condena a los excesos represivos del régimen dictatorial.
Pues bien, en la repetida página web del Europa de Barcelona, además de otros agravios federativos, se mantiene la tesis de que aquella promoción futbolística se resolvió a favor del Unión Popular por influencia de la dictadura franquista, que, ante los graves conflictos laborales de los mineros, le interesaba que un equipo de las Cuencas como el Langreo “lograra el ascenso con objeto de apagar los ánimos y distraer la atención del pueblo hacia otros destinos”. A nuestro juicio, no se puede hacer una utilización más demagógica del victimismo, mezclando perversamente argumentos y sentimientos, arbitrariedades deportivas y presuntas razones políticas. Generalmente, el éxito de la salmodia victimista, que consiste en achacar los males presentes o pasados a factores externos —de la naturaleza que sean—, radica casi siempre en su muy improbable verificación. Y más aun en este caso en que, transcurridos varios lustros, se intenta justificar un fracaso deportivo con un quimérico complot político.

Francisco Palacios.
*Artículo publicado en el diario La Nueva España el 27 de abril

Hitos de un centenario *

El fútbol empezó a practicarse en estos valles, y concretamente en Langreo, hace ya un siglo. Fruto indudable de la industrialización, sus orígenes fueron diversos. Así, catedráticos de la Extensión Universitaria ovetense lo habrían dado a conocer en centros culturales langreanos a principios del siglo pasado, y jóvenes que estudiaban en diferentes universidades españolas fueron los que, durante los meses de vacaciones, lo empezaron a practicar por esos años en distintas localidades del concejo.
Pronto surgieron los primeros equipos. Los anarquistas felguerinos organizaron el Deportivo Obrero, integrado por trabajadores metalúrgicos. Una iniciativa original en Asturias. Como contrapunto, hijos de ingenieros, que vivían en la Unión Hullera, formaron otro equipo llamado Hermanos Doncel. De vida efímera, los dos tuvieron como nexo común la empresa Duro Felguera.
El primer club comarcal de algún relieve fue el actual Titánico de Laviana, nacido en 1912, tomando el nombre del famoso trasatlántico inglés Titánic, hundido en abril de aquel año en el sur de Terranova.
Debido a la neutralidad de España, los años de la primera guerra mundial fueron muy favorables económicamente para los negocios en las cuencas. En tal coyuntura surgieron los dos clubs langreanos más importantes: el Rácing de Sama y el Círculo Popular de La Felguera, con resonantes triunfos deportivos a escala nacional.
El éxito de la selección española en la Olimpiada de Amberes de 1920 impulsó notablemente la práctica del fútbol, así como su influencia social y política. Uno de los delanteros de aquella selección, el vasco Félix Sesúmaga, ficharía por el Rácing de Sama al año siguiente. Se resaltaba entonces en la prensa regional que en ningún otro lugar había alcanzado el fútbol mayores beneficios culturales que en Langreo. Beneficios que alcanzaban sobre todo a la juventud, que por el fútbol empezaba a alejarse del vicio y la violencia, “encauzando su espíritu hacia metas más civilizadas y pacíficas”: se utilizaba el fútbol como antídoto contra una crisis económica galopante.
En 1941 se fletaron dos trenes especiales con numerosos aficionados, uno en febrero a Torrelavega y otro en mayo a Santander, para asistir a sendos encuentros del Rácing que disputaba el ascenso a segunda división. El fútbol actuaba de nuevo como una formidable válvula de escape en un año de hambre y miseria generalizadas.
En el verano de 1961 se produjo la fusión del Círculo Popular y el Rácing de Sama, surgiendo el actual Unión Popular de Langreo. En el documento de integración se reconoce que, al ser el fútbol un deporte eminentemente popular, y el más sentido y vivido, “se había convertido en el principal eslabón para la más autentica de las uniones, no sólo en lo deportivo, sino también en todas las relaciones de la población langreana”: una contribución nada desdeñable en un municipio zarandeado algún tiempo por un localismo abiertamente segregacionista.

Francisco Palacios.
*Artículo publicado en el diario La Nueva España el 30 de marzo de 2009.

La igualdad de oportunidades*

El fallo del Tribunal Supremo limitando a dos el número de asignaturas suspensas para poder pasar a 2.º de Bachillerato (el Gobierno había establecido un máximo de cuatro) reavivó la polémica en torno al sistema educativo español, especialmente en lo que respecta al fracaso escolar y las medidas más convenientes para atajarlo. En su heterodoxo «Panfleto antipedagógico» escribe Ricardo Moreno Castillo que hay quienes piensan que defender una enseñanza rigurosa y disciplinada no es de izquierdas. Arguyen que elevar el nivel de exigencia en los estudios académicos va en contra de la igualdad de oportunidades, ya que siempre tendrán más facilidades para salir adelante aquellos jóvenes provenientes de familias con más medios económicos o mayor nivel cultural. Una falacia que no se compadece con la realidad de las cosas, ya que una forma de acortar esas diferencias sociales o económicas es precisamente mediante un mayor esfuerzo por parte de los más desfavorecidos.

En los primeros meses de la II República (durante el llamado bienio progresista) se aumentaron muy significativamente las becas destinadas a los hijos de los obreros para estudiar en el colegio municipal de Segunda Enseñanza de Sama de Langreo. El Bachillerato se iniciaba entonces con una prueba de ingreso a los 10 años. La superaron muchos de aquellos niños: era su primera gran oportunidad de no seguir fatalmente condicionados por su origen social.

Pues bien, disciplina, trabajo, afán de saber, así como «haber obtenido las mejores notas en los exámenes que se celebraron en las escuelas públicas del concejo» eran las condiciones para ser becario entonces. Por desgracia, la mayoría de niños y adolescentes se veía abocada a seguir trabajando en las minas o en las fábricas como sus padres.

Pero las normas del centro educativo langreano vienen a desmentir la falacia, pretendidamente progresista, de que exigir menos nivela las diferencias, cuando en realidad lo que hace es agrandarlas porque los condena a resignarse irremediablemente a los más desfavorecidos.

Los medios para estudiar son hoy infinitamente mayores. Otra cosa es que se aprovechen. Conozco a jóvenes que se lamentan de haber desperdiciado las posibilidades de aprendizaje y de promoción que les había ofrecido en su momento el instituto, aunque algunos salieron adelante siguiendo otras orientaciones.

En cualquier caso, ahora y siempre, el esfuerzo y la disciplina son imprescindibles para alcanzar cualquier meta. Un esfuerzo que, fundamentalmente, tiene que poner cada cual. Que no es nunca un regalo de los dioses. Declaraba Rebeca Miller, hija del desaparecido dramaturgo Arthur Miller, que una de las mejores cosas que había aprendido de su familia era el lema de levantarse cada mañana y volcarse en el trabajo sin necesidad de motivación alguna. Un hábito loable en tiempos en que nos invaden los portadores de mensajes lúdicos y pensamientos débiles.

Francisco Palacios.
*Artículo publicado en el diario La Nueva España el 16 de marzo de 2009