Viejas glorias deportivas

    Comenzaría esta nota en referencia al gran jugador Oacar suárez Álvarezde fútbol que fue “Calichi” con las expresiones que más o menos utilizaría un locutor radiando uno de aquellos magistrales partidos que ofrecía a la afición..... .

     Domina el Racing y fuerza corner. Lo va a lanzar desde la esquina el extremo zurdo de aquella banda. Coloca el balón en el ángulo de la bandera. Le pega con un toque excepcional, como si la bota estuviese cubierta por un guante. El balón vuela en dirección a la misma portería, al primer palo, va formando parábola. El portero sale a interceptar, los delanteros se lanzan al remate, la zaga trata de frenar el ímpetu de los atacantes, pero el balón se cuela directamente, imparable, en la portería. ¡Goooooool! ¡Otro gol de corner de Calichi! El extremo con mejor pegada de la división. Gol de rosca, (antigua expresión), gol antológico, olímpico, magistral del gran jugador Calichi. Sus compañeros le exprimen en un abrazo y el portero del equipo contrario va a su encuentro para felicitarle deportivamente. ¡Esto es fútbol, señores!

     Esa era una de las incomparables cualidades técnicas que exhibía como jugador de fútbol Calichi. Marcar goles desde el corner.

      Calichi nació el 26 de octubre de 1925. Se inició en el Lucero de la Plaza Aguado , pasó al Club Sama antes de formar parte de la plantilla del Club Langreano en la temporada 1943/44.
     Vistió los colores del Círculo Popular de La Felguera y del Racing de Sama, junto con jugadores de la talla e inolvidable recuerdo de los Cuca, Senén, Chuchi, Paladini, César, Casas, etc., que ganaron el Campeonato de España de amateurs en Valencia jugando contra el Sevilla del famoso Araujo, y culminó su actividad deportiva en Real Titánico de Laviana, donde jugaba el famoso Tolivia. Fue cortejado por equipos representativos de la región como el Real Oviedo y el Sporting de Gijón, incluso el Santander pretendió sus servicios, pero se retiró del fútbol, teniendo aún futuro, para dedicarse al bar “El Cabritu” que su padre tenía en La Nalona .

     En el año 1964, su vida tomó un nuevo rumbo, incorporándose, como empleado, en el Banco Langreo formando parte de su plantilla fundadora. Allí desempeñó su función con la determinante precisión con la que jugó al fútbol, hasta que se jubiló en el año 1.991.

     Se fué a vivir a Oviedo y en enero del 2005 perdía a su esposa Julita Espina, que dejó un hueco insustituible en su vida. En estos momentos, Agosto del 2008, se recupera de varias, muy delicadas, intervenciones quirúrgicas, atendido con el cariño y los cuidados extarordinarios de su hija Mila y el afecto de familiares y amigos.

     Calichi es un hombre vitalista que superará, ya lo está haciendo, esta situación, y como persona de prodigiosa memoria seguirá durante muchos años, narrándonos con su graciosa locuacidad, anécdotas y vivencias del fútbol y de la historia de Langreo y sus personajes.