Entrevista a José León Delestal

Entrevista a JOSE LEON DELESTAL,
Langreano de Honor 1976.

Por : Julio José Rodríguez Sánchez

   Era lógico imaginar que José León Delestal llegaría a ser «Langreano de Honor».

   ¿Cómo no iba a serlo el autor del Himno de Nuestra Señora del Carbayu? El poeta que es Delestal contaba con méritos más que suficientes para obtener este reconocimiento. Su actividad literaria, su labor radiofónica, encontrarán pronto el cauce envidiable que le lleva al triunfo. Triunfo que se jalona de premios y del aplauso popular.

   José León Delestal es un hombre de amplio registro en su inspiración que igual que escribe una novela, firma la letra de una canción, crea un poema, en la mágica radio es capaz de atenazar la atención del oyente e incluso de dirigir un festival musical como el de Benidorm.

   —Langreano de Honor, autor del himno a la Patrona de Langreo... ¿Cómo fue su génesis literaria? Tú que fuiste su creador opinas hoy, al cabo de los años que van de la década de los cincuenta a los ochenta, cabría añadirle o modificarle alguna estrofa o por el contrario estimas continúa plenamente vigente.

   - Hay cosas que son totalmente irreversibles. Cuando se escribe la letra de un himno; cuando ese himno se ha lanzado a la boca de las gentes para que lo canten, pues... ¡ me parece irreversible ya!
   Yo no le añadiría nada porque un himno no es algo que se ha de andar retocando a cada momento. Creo que lo fundamental, lo que significa la Virgen de El Carbayu para los langreanos, está en el himno, y eso permanece. Lo que sí posiblemente hiciera hoy, si tuviera que escribir una nueva letra, sería expresarlo Con palabras distintas, puede que mejores, puede que peores...

   —Y en cuanto a su génesis...

   - Doy gracias a Dios por haber sido escogido para esta labor por el entonces párroco de Ciaño, el inolvidable don Amalio Antuña. Aquella elección me permite recordar una frase del gran escritor argentino José Luis Borges, cuando escribió aquello de «Daría toda mi obra literaria porque una sola de mis canciones quedara en labios del pueblo». Yo, aunque tan sólo hubiera sido autor de la letra del himno de El Carbayu, me sentiría satisfecho porque permanece en los labios del pueblo, año tras año.

   —Delestal tú, autor de la letra del himno que nos habla con palabra sencilla y hermosa de nuestra Patrona, ¿qué nos dices del compositor de la música?

   - Naturalmente que uno de los valores mayores del himno es la música, escrita por un hombre tan sensible y, al mismo tiempo, tan conocedor del cancionero astur como fue el padre Ignacio Prieto, muerto hace unos años en Alcalá de Henares. El padre Ignacio era un gran musicólogo, un estudioso del folklore astur, un jesuita que dedicó los últimos años de su vida a las masas corales de Pueri Cantores de los que llegó a ser un gran director.
    La música que compuso para el himno de la Virgen del Carbayu me agrada mucho y es un feliz soporte a la letra que yo mismo escribiera
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   —Me citabas antes una frase de Borges y hemos de convenir que tú no sólo has escrito este himno que cantan miles de romeros, sino canciones como «Si yo fuera picador» o «La mina de la Camocha»...

   - «Si yo fuera picador» que escribí para «El Presi» y que interpretó a lo largo de treinta años es una canción que indudablemente triunfó. La casa discográfica «Columbia» le entregó un disco de oro y cuando -conmemoró su cincuentenario editó un álbum conteniendo los éxitos del folklore español incluyendo ésta en representación de Asturias
   En cuanto a «La mina y el mar», con letra mía y música del maestro Casanova, ha sida gran éxito de Joaquín Pixán, y hoy la canta casi toda Asturias.

   —Paso por alto otros éxitos tuyos de letrista, como tu «Misa en bable», para recalar en tu último trabajo en este campo «Doce canciones asturianas» estrenadas el pasado día 4 de abril en el Teatro Real de Madrid. Fue todo un éxito, tanto para ti como autor de las poesías, como para Antón García Abril, como para el propio tenor Joaquín Pixán. ¿Satisfecho?

   - Sólo puedo decirte que en este proyecto he puesto toda mi alma. Presenté cuatro nuevas canciones que espero alcanzarán el puerto que siempre ansía su autor. Pixán ya grabó el disco en Londres y en Madrid la crítica ha sido favorable.

   —Lo mismo ha acontecido con motivo de su estreno aquí en La Felguera. Dinos algo sobre esas cuatro nuevas canciones para quienes no hayan tenido ocasión de escucharlas todavía.

   - Una de ellas es como la canción del asturiano cuando está fuera de Asturias; otra es dedicada al urogallo, el ave mítica de nuestros valles astures: otra habla del Naranjo de Bulnes , uno de nuestros mitos. Es una canción montañera que espero hagan suya los propios montañeros y la cuarta es «Adiós, xana» la única de las cuatro escrita en bable e inspirada en esta zona, porque es un lamento ante la destrucción de la naturaleza que suponen esa serie de explotaciones a cielo abierto, que sí son importantes para el progreso, habría que intentar que los daños que ocasionan en el paisaje, en el hábitat humano y zoológico sean después reparados como parece ser figura en los contratos. Pienso también que esta canción puede ser otro poco el grito de alerta para no dormimos en los laureles y tanto el Ayuntamiento como las fuerzas vivas del Valle velen para que esa recuperación se haga.

   —Tu vinculación al mundo del disco, al mundo de la canción, ha sido relevante a través de un festival que jugó un destacado papel en la vida española, como es el caso del Festival de la Canción de Benidorm. ¿No?

   - Durante veinte años he dirigido el Festival de Benidorm y creo que el balance resulta de lo más positivo y favorable. La labor desarrollada creo ha tenido su importancia en el marco de la música española y la Concesión de un disco de oro por mi trabajo así lo ratifica.

   —Ya que mencionas ese disco de oro hablaremos ahora de tus éxitos en el mundo de la radio.

   - Mi actividad profesional ha sido y es la radio. Mi trabajo se ha visto recompensado con dos premios nacionales y varios premios Ondas que concede la SER y luego están otros por programas culturales, infantiles, musicales, etc. Ahora prosigo en mi cargo de jefe de programación de Radio Cadena Española.

   —Junto a tus éxitos radiofónicos se encuentra también tu actividad literaria. La novela y el teatro son caminos donde supiste alzarte con premios en diferentes concursos.

   - He escrito varias obras, algunas de ellas estrenadas y como en el caso de «Oro negro» ganadora del Concurso organizado por «Voluntad», fue estrenada por aquella gran compañía asturiana de José Manuel Rodríguez que incluso llevó alguna de mis obras a América.

   —Muchos éxitos, muchos premios, pero... ¿Qué significa entre todo ese camino de rosas, con corona de laurel al final, la concesión del título de Langreano de Honor?

   - Supone una de las grandes satisfacciones íntimas que he tenido y que, naturalmente, no la cambio por ninguno de los otros premios. Y no la cambio por dos razones, una por añadir lo de honor al langreano que yo siempre he llevado con orgullo, y la otra por ser el primer designado para este título que luego se dio a gente muy importante, y figurar entre ellos es otro honor.
   Siempre que alguien me solicita un currículo, éste de Langreano de Honor figura en lugar preferente. Me siento enormemente satisfecho de que me lo hayan concedido.

   —El haber sido tú quien primero obtuviera este galardón te concede algún derecho por aquello de la primogenitura, y por ejemplo puede ser el de calificar con una palabra a cada Langreano de Honor, de los que te han sucedido. El primer nombre, el de

   — Juan Luis Iglesias Prada.

    - Ciencia

   —Enrique Rodríguez Fernández.

   - Entrega.

   —Marino Gutiérrez Suárez.

   - Dinamismo.

   —Manuel Cabal González.

    - Entusiasmo.

   —Hermanos de La Salle.

    - Sacrificio.

   —Hunosa.

   - A pesar de todo, futuro.

   —Y el Pueblo de Langreo.

   - El mío.

   —El Carbayu suele ser una cita a la que casi nunca faltas. ¿Qué representa todo esto para ti?

   - Siempre que puedo acudo y recuerdo tantos años como he subido de niño, de muchacho y de hombre. La respuesta que esta fiesta está teniendo es fiel reflejo de que El Carbayu es nido de espiritualidad de todo el Valle.
   La gente sube hasta aquí y ve el valle de un modo diferente. Se siente a gusto en medio de este paisaje, es como si estuviera por encima de la vida diaria, y los festejos que la junta directiva organizan contribuyen a potenciar la festividad. Hay, además, un hecho muy importante que conviene destacar: el mantenimiento de unos símbolos espirituales que cada vez nos resultan más necesarios.

   —Como observador atento y frecuente de la realidad que se vive en El Carbayu, ¿crees que estas fiestas han alcanzado ya su punto cenital, o eres de la opinión que se puede llegar aún más lejos?

   - Creo que está en toda la condición humana el ánimo de superación y cuando se trata de un centro de irradiación espiritual, como sucede con este santuario, tengo que pensar que no se ha llegado al cenit ni muchísimo menos. Hay que intentar ir más lejos. Como decía el poeta «cuando se llega a la señora estrella, hay que seguir hacia otra más lejana» y El Carbayu debe aspirar a eso.
    Es importante que vengan cada vez más gentes, con más ilusión, con más fe, donde prime más la fiesta de la fe que la de la romería, porque si importante es ésta, aquélla lo es más.

   —Ha sido El Carbayu manantial de inspiración para tu obra literaria?

   - Es una pregunta difícil de responder. Por de pronto el himno a la Patrona de Langreo tiene una clara inspiración en El Carbayu, luego en mi novela «Suso y la música» hay un capítulo en el que, aun sin citar expresamente El Carbayu, describo la leyenda de la Virgen y lo que era una de las romerías que aquí se celebraban hace muchos años. Esta es una novela que espero se publique próximamente.
    Después está la inspiración de mi obra donde la Virgen del Carbayu, a través de mis vivencias infantiles, sobre todo, ha sido fuente de afirmación de mi fe cristiana. Desde ese punto yo la encuentro como un poco el arranque de la fe que inspira mi última obra, mi novela, «Tres veces Eleazar» Que es una narración sobre la Pasión de Cristo vista a través de los niños y los muchachos de Jerusalén. En esta obra está mi fe, robustecida a través de los años.

   —Creó que es lícito recabar tu opinión sobre un aspecto estético precisamente porque eres un hombre sensible. ¿Cómo prefieres disfrutar de El Carbayu, con sol, con agua, con bruma, con nieve...?

   - A mí El Carbayu me gusta de cualquier forma, porque en cada momento, sean cuales sean la condiciones atmosféricas o estación en que se visite, tiene su belleza particular. El Carbayu no es que necesite una hora determinada para disfrutar de su luz. El Carbayu tiene belleza y encanto en cualquier instante y con cualquier luz y las vivencias que aquí pueden obtenerse valen igual con niebla con agua, con nieve o con sol. Puedes disfrutar lo mismo si estas triste que alegre. Si estás alegre fortalecerás la alegría y si triste podrás encontrar aquí una fuente de consuelo que te pondrá por encima de las miserias y las tristezas. El Carbayu tiene siempre su encanto.

   El sol se deja sentir con fuerza. La mirada podía estrellarse contra el horizonte de la zona de Riaño. El trino de los pájaros era un coro de lujo que musicaba la alegre y veraniega mañana. Delestal había hecho un alto en su cotidiano laborar madrileño aprovechando las vacaciones de Semana Santa. La sidra, pese a las prisas, iba a servirnos de rúbrica a este diálogo que iniciado en el pequeño promontorio de la plaza, hubimos de concluir al pie mismo de la fachada principal de la ermita donde podíamos acogernos al frescor de la piedra, al sosiego del musgo y a la sombra protectora de su airosa y entrañable espadaña.